Estar preparado mentalmente antes de poner un pie en el bar es importante. El entorno en sí mismo puede ser un disparador del deseo de fumar (http://www.futurity.org/ “Why Smoking and Drinking Often Go Together”). Antes de salir de tu casa o del auto, repetí en voz alta, “Soy exfumador” o “Yo no fumo. Me siento más sano y más feliz sin fumar”. El punto es recordarte que sos exfumador y que ya no necesitás el cigarrillo.
No dejes de ir a tomar algo. Todo lo que hacías cuando eras fumador, podés hacerlo como exfumador. Si la compañía de amigos es una parte importante de tu vida, cuanto antes aprendas cómo disfrutar de un trago o dos sin un cigarrillo, más rápido vas a sentir que tu vida vuelve a la normalidad.
Hacé planes con no fumadores y con amigos que te apoyen para dejar de fumar. Las personas con las que decidas salir pueden ayudarte a mantener tu estado de exfumador o ponerlo en peligro. Los deslices pueden ocurrir cuando las personas que quieren dejar de fumar están en compañía de otros fumadores, especialmente cuando te ofrecen un cigarrillo.
Cuando vayas a una fiesta o a un bar, pedile a ese amigo que es parte de tu red de apoyo, que te acompañe. Puede ser incluso un familiar. Si te encontrás con amigos fumadores que te invitan a unirte, vas a tener a esa persona para que te acompañe.
Tomá la iniciativa e invitá amigos a tu casa. Podés celebrar con ellos que estás dejando de fumar. Vas a poder controlar lo que se sirve y evitar completamente los cigarrillos en tu casa, que, ahora se convirtió es un lugar libre de humo.
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